Tips que te ayudarán a superar asignaturas de metodología
Los/as alumnos/as que afrontan alguna asignatura de Metodología (Estadística, Psicometría, Técnicas de investigación, etc) muchas veces se preguntan cómo pueden mejorar sus competencias lógico-matemáticas para aprender y superar con éxito dichas materias. A continuación, ofrecemos algunas pautas muy sencillas que pueden marcar una enorme diferencia. Se trata de consejos y rutinas prácticas que se pueden implementar de manera rápida.
- El elemento viso-espacial: a menudo, cuando se trabaja con datos, éstos pueden estar estructurados a través de tablas que recogen los diferentes atributos o características (columnas) de múltiples observaciones (filas). No es extraño, en estas situaciones, cometer pequeños errores cuando leemos estas tablas, especialmente, cuando las tablas son de grandes dimensiones. Por eso es importante realizar una lectura calmada de los mismos para evitar confundir el dato de una celda con el dato de la celda adyacente. Una manera sencilla para mejorar la precisión en la lectura es apoyarnos con una regla, de manera que poco a poco, ganemos experiencia y no cometamos errores de lectura. Cuando se utilizan programas informáticos como, por ejemplo, Excel o Google Sheet, éstos se pueden configurar para resaltar la celda que nos interese e incluso para que nos resalte toda la fila y/o toda la columna. La práctica continuada hará que podamos desprendernos de estos apoyos y ganar exactitud en la recogida de datos por inspección visual.
- Pensamiento secuencial: si hay algo que caracteriza a las materias de Metodología es el hecho de que en ellas se deben realizar diferentes operaciones combinadas. Esto implica una secuencia de pasos ordenados. Es bastante habitual, cuando el cálculo de un estadístico implica múltiples pasos previos, saltarnos algún paso o hacerlos en un orden que no corresponde. Nada mejor que practicar el cálculo de diferentes estadísticos para reforzar el hábito de pensar de manera ordenada. Se puede comenzar con estadísticos que impliquen sólo tres operaciones matemáticas sencillas, para progresivamente, calcular estadísticos que impliquen muchas más operaciones. Mientras se realizan estos cálculos es importante observar si siempre seguimos el mismo orden o si, por el contrario, lo vamos realizando al azar. Por ejemplo: la siguiente operación, se puede realizar en distintos órdenes y no afecta al resultado, no obstante, es interesante que cuando decidas un determinado orden, trates de aplicarlo múltiples veces para afianzar la secuencialidad:
[(20 + 10) · (6/2)] / [(3 · 3) – 6] = 30
En el caso de la operación combinada de arriba, podría comenzar despejando el conjunto de operación que se encuentra en la izquierda y dentro de éste, seguir resolviendo el paréntesis de la izquierda, para después hacer lo mismo con el de la derecha y, finalmente resolver el corchete de la derecha, es decir:
[(20 + 10) · (6/2)] / [(3 · 3) – 6] = 30
[30 · (6/2)] / [(3 · 3) – 6] = 30
[30 · 3] / [(3 · 3) – 6] = 30
90 / [(3 · 3) – 6] = 30
90 / [9 – 6] = 30
90 / 3 = 30
Este es, sin embargo, uno de los posibles órdenes. No importa el que decidas escoger (siempre y cuando sea matemáticamente consistente). Lo importante es que trates de aplicar el mismo orden a la misma operación combinada cambiando los valores para ganar en secuencialidad.
- Pensamiento referencial: existen algunos índices que están acotados. Por ejemplo, sabemos que las correlaciones lineales toman valores comprendidos entre -1 y 1 o que algunos estadísticos que recogen la magnitud del efecto oscilan entre 0 y 1. Es bueno tener muy presente estas referencias para “comprobar” si el resultado de algunos cálculos es razonable. Por ejemplo, si estoy calculando una correlación de Pearson y obtengo un coeficiente de -2.5, esto me indicará que debo revisar mis cálculos. ¿Puede uno tener en cuenta las referencias y aún así equivocarse? Efectivamente, podemos haber obtenido un coeficiente de 0.60 y, por tanto, estar dentro de los límites y haber errado ya que el coeficiente realmente era de 0.75. Este método no es infalible puesto que no es una verificación en sentido estricto, pero es muy útil como heurístico matemático, es decir, como una guía que puede orientarnos de manera aproximada.
- Verificar: después de realizar algún cálculo es importante verificar que éste se ha realizado correctamente. Algunos estadísticos ofrecen formas indirectas de hacerlo y otros no. Para aquellos de los que no dispongamos, podemos tratar de ser creativos y desarrollar algún método para comprobarlo como, por ejemplo, creando fórmulas equivalentes mediante ecuaciones. En Psicometría, si por ejemplo, z = 1.2
e = 5 + ( 2 · z)
7.4 = 5 + (2 · 1.2)
Podemos crear esta fórmula equivalente para comprobar si efectivamente lo hemos hecho bien:
e – 5 = 2 · z
7.4 – 5 = 2 · 1.2
2.4 = 2.4
Si las fórmulas son complejas y la creación de un método puede resultarnos tedioso, siempre nos quedará volver a repetir la operación.
Pensamiento deductivo-conceptual: es importante no olvidar el significado de los conceptos, especialmente, de los más elementales. Así, por ejemplo, en el cálculo de la dimensión de los errores en muchos estadísticos aparece la desviación típica y/o la variancia. ¿Por qué? Pues precisamente porque son índices de dispersión y éstos son una forma de conceptualizar la variabilidad y, por ende, el error. Existen muchas formas de desarrollar este pensamiento, pero sin duda alguna, la más simple es la siguiente: preguntarnos constantemente el por qué de las cosas. De lo contrario, corremos el riesgo de convertir la asignatura en una máquina de churros, en la que simplemente pones los ingredientes y obtienes el resultado.